Qué paren España, que mis ovarios se bajan

¿Por qué sigue este mundo mío, este mundo nuestro en movimiento, arrastrándonos al abismo? Propongo un juego práctico y un poco estúpido, la verdad: “Seminario Internacional por el Derecho a la Vida” y “Jornada por el Derecho al aborto, legal seguro y accesible”. Así, a bote pronto, ¿por cuál abogarías?

Si se trata de hacer equipos, yo estoy a favor de la vida, claro, querría defender ese derecho para todos, aunque suene más aburrido. Y si encima le añadimos el atributo cool de que la presencia va a ser internacional, pues ya, ni te cuento. Porque eso del aborto, seamos francos, es una palabra muy fea oye y, al final, sólo afectaría, en el caso de que pudiera llamarse “derecho”, a las mujeres. Además, estar a favor, a favor del aborto…

Definición de la Real Academia de la Lengua Española.

aborto. (Del lat. abortus).

1. m. Acción de abortar.

2. m. Interrupción del embarazo por causas naturales o deliberadamente provocadas. Puede constituir eventualmente un delito.

3. m. Ser o cosa abortada.

4. m. Engendro, monstruo.

… pues como que no.

Y es que en el lenguaje, como otras muchas veces, empieza el truco. Un truco de espejismo, ilusionismo y retorcidismo que parece que ya no engaña a la mayoría. Quizás la celebración ayer en el Congreso de los Diputados de la “Jornada por el Derecho al aborto, legal seguro y accesible”, que contó con prácticamente toda la oposición (excepto UPyD) y un ingente número de colectivos civiles, sea un gran símbolo de lo que pretendo decirles. Allí se defendió, sobre todo, la vida. Una vida real, la digna y plena de derechos, una vida que merece la pena ser vivida, no una vida de teorías y palabras encasilladas.

Y a la misma vez, con mucha menos presencia, los “provida” celebraron en el mismo edificio el “Seminario Internacional por el Derecho a la Vida”, cuyo máximo exponente en este país es el mismo Ministro Gallardón, al que le hubiera encantado apadrinar el acto, pero que, a última hora, no se atrevió. Son estos que se llaman a sí mismos “provida” los que defienden imposiciones (imponerme e imponerte) y condicionan nuestra vida, derechos, nuestras leyes, nuestra felicidad, a una moral cristiana que ha de quedar siempre en el ámbito doméstico. Estos “provida” son los que, lloriqueando en el regazo del PP, tratan de imponer su concepto de mujer demoníaca, lascivamente incapaz en el ámbito público, una mujer que necesita que legislen sobre su cuerpo. Estos “provida” son los que quieren envenenar el concepto más básico de este debate, el del derecho al aborto, con ideas asesinas y apocalípticas que no tienen cabida. Tener una ley que garantice el derecho al aborto libre y público no es una invitación a abortar, es una ley necesaria para que quien decida hacerlo, cuente con una protección sanitaria y jurídica garantizada a todos los níveles.

A estas alturas, la mayoría sabe que todos los datos y estudios indican que los abortos se reducen mucho más con una ley permisiva que con una restrictiva y que, diga lo que diga la legislación, el que quiere abortar, acaba haciéndolo (los ricos mejor, los pobres con más riesgos, incluso de muerte).

Después, hablemos de educación, sexual también; y de responsabilidad, sexual también; y de felicidad, sexual también.

Así que, como ya suponíais, da igual cuál de las dos opciones prefiráis porque a este Gobierno -que ha elegido la mayoría de los ciudadanos- le importa bien poco. De hecho, no le importa nada de lo que penséis Si de forma casi unánime esta España mía, esta España nuestra, no quiere esta ley católico-retrógrada, y, aún así, sigue adelante, ¿qué nos queda? Si gobiernan como quieren, si hacen lo que les da la gana con nuestro dinero, nuestro futuro, y ahora también con nuestro cuerpo; si, a pesar de todo, aquí no pasa nada, que paren España, de verdad, que yo y mis ovarios, nos bajamos.

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